Padre Edwin Roman "Somos Perseguidos"

El Padre Román narra en primera persona cómo, impulsado por su fe y su deber pastoral, tomó la decisión de arriesgar su propia vida para proteger a su pueblo. Revive los momentos en que:

• Abrió las puertas de su parroquia para convertirla en un hospital de campaña y refugio para cientos de jóvenes heridos que huían de las balas de la policía y los paramilitares.

• Transformó su casa cural en una morgue improvisada, describiendo el desgarrador momento en que recibió el cuerpo sin vida de un niño de apenas 15 años, asesinado de un disparo en el pecho.

• Salió a las calles bajo el fuego cruzado para mediar por la liberación de los detenidos, actuando como un escudo humano para evitar una masacre aún mayor.

Con una serenidad que contrasta con el horror de sus relatos, el Padre Román desmiente la narrativa de "normalidad" del régimen, describe el asedio constante que vive Masaya y reflexiona sobre las acusaciones del gobierno contra la Iglesia. Además, como descendiente del General Sandino, ofrece una contundente crítica al "orteguismo", diferenciándolo del verdadero ideal sandinista.